
Este es uno de mis paisajes favoritos en Cuatro Ciénegas... he prometido ir allá y visitar a mi family...
La vida pasa en un parpadeo. Tan pronto como el presente se transforma en ayer, todo lo que tenía un significado fuerte se queda sepultado en los recuerdos, esos recuerdos que quizás se queden en la piel o en la nariz, o tal vez se hundan para siempre en el olvido. La memoria es un ser traicionero, puede dejar en un cajón el deseo por alguien pero traer cada día el aroma al café de mamá; abandonar en un baúl extraño esa amistad que alguna vez fue indispensable, pero poner siempre en el cerebro la canción infantil que nos hacía reír. Me angustia que el pasado sea un ser débil, y que todo lo que creímos imprescindible sea tan sólo un “algo” que olvidamos, personas que se quedaron atoradas en experiencias, sentimientos que ahora suenan ridículos, una vida ajena en la que fuimos los protagonistas.
Intento amarrarme al presente, capturar la sonrisa de los que quiero, presionar con mis puños la mirada de unos ojos lindos que parecen quererme… pero no será suficiente. El hoy mañana será ayer, las sonrisas se apagarán y esa mirada que aprieto fuerte quizá se vaya tras otra chica.
Pero tengo un plan: no me amarraré a este presente, sino a cada uno que se vaya sucediendo; intentaré sonreír lo más posible para crear siempre sonrisas nuevas en los otros; amaré los ojos lindos que hoy me ven, y los dejaré libres cuando quieran posarse en alguien más, tal vez en ese momento los míos estén también en otro sitio.
La vida pasa en un parpadeo, por eso la clave de la felicidad consiste en disfrutar mientras tenemos los ojos abiertos.
Intento amarrarme al presente, capturar la sonrisa de los que quiero, presionar con mis puños la mirada de unos ojos lindos que parecen quererme… pero no será suficiente. El hoy mañana será ayer, las sonrisas se apagarán y esa mirada que aprieto fuerte quizá se vaya tras otra chica.
Pero tengo un plan: no me amarraré a este presente, sino a cada uno que se vaya sucediendo; intentaré sonreír lo más posible para crear siempre sonrisas nuevas en los otros; amaré los ojos lindos que hoy me ven, y los dejaré libres cuando quieran posarse en alguien más, tal vez en ese momento los míos estén también en otro sitio.
La vida pasa en un parpadeo, por eso la clave de la felicidad consiste en disfrutar mientras tenemos los ojos abiertos.