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25 de diciembre de 2015

Para él...

Recuerdo tu crisis profesional de los casi 30. Te sentías insatisfecho, un adulto que no había logrado gran cosa. Me dijiste que tu trabajo en postproducción de video no te gustaba, pero que tal vez eso harías porque era un trabajo seguro; un día bromeaste diciendo que estudiarías medicina, y al otro día te interesaba estudiar una ingeniería. Cuando revisabas tus fotos de tu trabajo alterno y las comparabas con las de tus fotógrafos de bodas favoritos, decías que tu sueño era poder dedicarte de lleno a eso, vivir de las bodas, tal como lo hacían quienes admirabas.
Y un buen día te arriesgaste, dejaste atrás tu trabajo gris y sacaste a ese fotógrafo que llevabas atrapado desde no sé cuánto tiempo. Sorprendiste a todos y seguramente más de uno dudó que tu proyecto pudiera funcionar, dejar un trabajo aparentemente estable a la mayoría le daría miedo.
Trabajaste duro y le diste a tus fotografías un sello que te hace único y especial. Hoy tus novias lloran al ver tu magnífico trabajo, y además de ser su fotógrafo te conviertes en su amigo, en su cómplice del mejor día de su vida.
Hoy no eres doctor ni ingeniero, ni estás atrapado en una oficina trabajando con comerciales por largas horas, hoy estás cumpliendo tu sueño, un sueño que compartiste conmigo alguna vez y que ahora trabajamos juntos.
Sigue soñando así, porque eres de los pocos que hacen realidad lo que desean.

12 de septiembre de 2011

Razones sin razón

Siempre he pensado que ciertos actores no tienen credibilidad alguna. Sin tener razones de peso en que fundar mis ideas, soy de las que creo que alguien que constantemente finge ser otra persona, no es gran cosa en realidad (reitero que es una idea sin fundamentos y que seguramente muchos no comparten). Pero, así como suele ser la vida de cruel, esta semana me puso una bofetada enorme y me sacudió esa idea un poco en mi cerebro tamaño de alfiler...
Hace unas semanas comencé un nuevo proyecto de trabajo en mi vida: ser la mano derecha de mi marido en sus negocios personales y comenzar a ser esa ama de casa ejemplar que se necesita a veces para vivir sin mayores contratiempos en pareja (todos sabemos que a veces la esposa no solo es enfermera, empleada doméstica, estilista -siii, ya soy estilista también!!!-, cocinera, asesora de imagen, sino que también debe ser esa madre que el marido abandonó para correr tras nuestras piernas). Así que en mis afanes diarios, antes de darle a las tareas especiales encargadas por mi esposo, escucho a Fernanda Familiar, me hace sentir acompañada y sentir que hay alguien más platicando por ahí de cosas muchas veces interesantes.
Ese día estaba sintonizado en la radio el programa y por alguna razón no supe quien estaba de invitado, alcancé a ubicar la voz de Rebecca Jones y una voz que parecía la Jorge Berry, y me dio risa... ese hombre hace mil años que no aparece públicamente y yo creyendo conocer su voz en la radio. Esa voz espectacular (siiii, Jorge Berry me parece que tiene una voz espectacular jajaja) estaba hablando de las mujeres, de nuestros cambios hormonales y de cómo eso nos hacía comprender el amor; de que la liberación femenina fue al extremo y que ahora resulta que estamos cansadas de esta vida que alguna vez deseamos; de nuestra tarea de enseñarles a los hombres a amar... en fin, de todas esas cosas que me encanta escuchar no sé por qué.
Ya estaba poniéndole cara interesante a este señor (¿sería un autor de libros para féminas? ¿un investigador de las reacciones hormonales en la mujer? ¿un investigador social que estaba poniendo en la mesa una nueva teoría sobre nuestro comportamiento?) cuando la Fernanda dice con toda esa voz que tiene GRACIAS JUAN FERRARA POR TUS COMENTARIOS... quéeee? ¿Juan Ferrara? Ahí perdí la respiración, me caí al piso y solté la escoba jajajaja. Caí por esa bofetada que me dio la vida a través de mis oídos y al fin pensé: cualquier persona puede tener ideas interesantes que me agrade oír, aunque sean actores...


Un abrazoooo!!!!!!!

23 de agosto de 2011


Me derrito... me derrito y desperdicio agua de la manera más natural y desagradable posible... Mis ojeras son las que transpiran primero, luego la espalda, el estómago y cuando menos acuerdo ya estoy empapada, sacando esos vasos de agua que bebo sin sentirlos caer dentro de mí.
Y no, no hace calor, es ese tan mencionado "bochorno" que dicen todos los días esas mujeres apretadas del clima por televisión. Y es aquí cuando extraño mi tierra, esos veranos calurosos y secos en los que hace calor pero el sudor no aparece tan facilmente. Extraño el agua que a pesar de los 40 grados centígrados sigue estando fresca al salir de la llave... gente de mi tierra y puntos circunvecinos: les cambio estos 37 grados húmedos por sus 45 grados secos mucho más agradables que los míos jajaja...

Un abrazooooo