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12 de diciembre de 2007

Fin de ciclo...


Ya se acabará pronto el 2007, y como no quiero estar atada todo el año al Internet que es tan adictivo, actualizaré ahora y la próxima será hasta el 2008.

Este año que termina fue maravilloso, lleno de satisfacciones, despedidas, buenos ratos, malos momentos… pero a pesar de todo fue un buen año.

El último semestre en la escuela fue genial, realizamos un noticiero para televisión muy padre (que es y será siempre mi orgullo) con el que aprendí mucho del trabajo en equipo; y bueno, lo del cortometraje mejor olvidarlo… Por lo demás, la tesis (sin presentar aún), y el proyecto de capacitación con la maestra Tijerina (que ya vendimos y aún no terminamos jajaja) fueron dos de los mejores trabajos de este año en la escuela… agradezco de todo corazón a todos los que estuvieron involucrados en ellos, y bueno, mención especial para Aleida (por mucho mi mejor amiga) con quien me aventuré a llevar a las grandes ligas nuestro trabajo escolar de capacitación y espero que en el 2008 por fin lo terminemos…

No hay que dejar de lado tampoco el fin de cursos, la compañía de Marcelo en el baile y en la mesa (obviamente con pláticas extrañas sobre salud en las que Juan Carlos nos veía como cosas raras), el video que Rory nos hizo, mis papás todos serios jajaja, la foto de Marcelito y yo todos cueros… en fin, una muy buena noche…

Y bueno, también este año ocurrió el cambio laboral de medio tiempo a tiempo completo, que me ha traído un poco de frustraciones pero también muchas alegrías, estas últimas gracias a mis compañeros: Alejandra, que abandona la oficina en estos días; Diana, la que recibe regalos espléndidos de parte de su family política; Juan Carlos, el hacedor de celos; y Cinthia, la más sincera de todas… todos ellos nuevos y buenos amigos.

Pero lo mejor de todo es que aún conservo a mi familia, tengo amigos maravillosos, planes para el año próximo, una vida por delante… lo que sigue es festejar la Navidad como se debe: con la familia y en casa; espero que el cumpleaños y el año nuevo me encuentre en una reunión genial (Ara, allá vamos) y que todos nos sintamos como si estuviéramos en nuestro hogar.

Se me olvidan muchas situaciones y personas, pero cada quien sabe que le agradezco infinitamente el que hayan formado parte de mi vida en este año…

El 2007 deja grandes recuerdos y muchas expectativas… espero que Santa haga caso de nuestras peticiones…

Feliz Navidad y un 2008 lleno de bendiciones!!!

5 de diciembre de 2007

Amor formal


Dejo aquí una poesía extraña pero bonita, es de un tal Benedetti que creo que sólo en su casa lo conocen (jajajaja), no es cierto, este escritor es genial y hace poco descubrí esta poesía que me gustó mucho. Y bueno, cambia tanto nuestra vida que probablemente nos encontremos alguna vez en la situación que Benedetti describe, llenos de formalidad, deseando a quien nos acompaña, y terminando totalmente involucrados uno con el otro...


LOS FORMALES Y EL FRÍO


Quién iba a prever que el amor, ese informal,
se dedicara a ellos tan formales.

Mientras almorzaban por primera vez
ella muy lenta y él no tanto
y hablaban con sospechosa objetividad
de grandes temas en dos volúmenes
su sonrisa, la de ella,
era como un augurio o una fábula.

Su mirada, la de él, tomaba nota
de cómo eran sus ojos, los de ella,
pero sus palabras, las de él,
no se enteraban de esa dulce encuesta.

Como siempre, o como casi siempre,
la política condujo a la cultura
así que por la noche concurrieron al teatro
sin tocarse una uña o un ojal
ni siquiera una hebilla o una manga,
y como a la salida hacía bastante frío
y ella no tenía medias
sólo sandalias por las que asomaban
unos dedos muy blancos e indefensos
fue preciso meterse en un boliche.
Y ya que el mozo demoraba tanto
ellos optaron por la confidencia,
extra seca y sin hielo, por favor.

Cuando llegaron a su casa, la de ella,
ya el frío estaba en sus labios, los de él,
de modo que ella, fábula y augurio,
le dio refugio y café instantáneos.

Una hora apenas de biografía y nostalgias
hasta que al fin sobrevino un silencio,
como se sabe en estos casos es bravo
decir algo que realmente no sobre.

Él probó: "sólo falta que me quede a dormir"
y ella probó: "por qué no te quedás"
y él: "no me lo digas dos veces"
y ella: "bueno, por qué no te quedás"

De manera que él se quedó, en principio
a besar sin usura sus pies fríos, los de ella,
después ella besó sus labios, los de él,
que a esa altura ya no estaban tan fríos,
y sucesivamente así,
mientras los grandes temas dormían
el sueño que ellos no durmieron.


Mario Benedetti