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15 de agosto de 2007

ahhh una familyyy



Me dieron ganas de tener una familia. Hace poco platicaba sobre los hijos, las plantas, la comida calientita en casa… y me dieron ganas de vivir esa etapa.

El saber que hay alguien en casa a quien volver, que una sonrisa de un ser pequeño espera a la puerta del colegio, o simplemente que se puede ayudar a crecer a otros día a día, es algo que muchos tienen y no valoran, y otros como yo, añoramos porque parece muy lejano el día que lo tendremos.

Quiero despertar por la mañana y ver que hay alguien a mi lado que luce una sortija en su mano, y observar con asombro y agrado que yo tengo una igual… preparar un pastel y comerlo por la tarde en el jardín… ver el primer gol que anota ese niño que corre por el campo, ese chico que tiene los ojos iguales a los de mi esposo y la sonrisa como la mía… cocinar hot cakes con ayuda de un par de niños, que igual le ponen la mantequilla como meten su dedo para probar la mezcla cruda…

Deseo una familia y formar un hogar… ir a misa los domingos por la mañana para después disfrutar un helado de chocolate… visitar Mc Donalds sólo para adquirir la Cajita Feliz… imprimir mil fotos de sonrisas, llantos, goles, festivales, navidades, cumpleaños, aniversarios, días del padre, catorces de febrero…


Estoy en mi etapa de cursilería y añoramiento de marido e hijos. Tal vez mañana, o en un mes, o en un año, ya no lo desee tanto… pero hoy, hoy sí quiero una familia, ¿alguien se apuntaa??

6 de agosto de 2007

la pérdida....


La vestimenta es perfecta. El peinado tiene el volumen indicado. Los zapatos… los zapatos son bonitos, quizá un tanto casuales para la ocasión, pero bonitos.

Amenaza lluvia, pero lejos de este lugar. Lo más probable es que caiga una tormenta en las colonias de la parte alta de la ciudad, incluso ya deben estar padeciendo de la torrencial lluvia. Las nubes grises con sus sonidos estruendosos a causa de la electricidad se ven en el horizonte.

Caen dos gotas grandes, una de ellas se refugia en el busto escaso de quien camina generando una sonrisa apenada en la víctima. Otra gota más allá… saca su paraguas… no hay que arriesgar la buena imagen, un peinado con volumen no puede dejarse ganar por una lluvia escasa.

De pronto cae el chubasco… es algo maravilloso. La calle se ve gris por el agua que cae del cielo. La gente corre, y sin embargo, no se ve mucho peligro. Es extraño. La lluvia no parece caer de arriba abajo; el viento genera remolinos de agua, las gotas son tan pequeñas que no duelen al caer sobre el cuerpo, la lluvia es un ser revoltoso en la ciudad que alborota el pelo de quien corre y voltea los paraguas de los prevenidos.

Pero la realidad es otra. Hay una ceremonia que espera la presencia intachable de quien camina. Se refugia en el alerón de una tienda a escasos cien metros de la meta. El paraguas apenas sirve para cubrir el pelo que con tanto esmero trató la secadora, es lo único que puede protegerse ahora.

Los fantásticos remolinos de lluvia que eran maravillosos, hoy son quienes mojan la ropa antes perfecta. No es posible resguardarse, el pantalón escurre y el pelo apenas mantiene un poco la forma original. Qué mas da… falta muy poco para llegar al destino, quizá vale la pena arriesgarse para estar a tiempo en el evento. Más vale estar puntual a llegar tarde con excusas que de tan comunes nadie las toma como ciertas.

La lluvia le voltea el paraguas, el pelo termina por estropearse… hay que cruzar la calle, está convertida en un arroyo que corre buscando una salida… el agua es turbia… hay coches que pasan… el viento y la lluvia no cesan y están furiosos.

Sólo hay un segundo para pensar… se levanta el pantalón hasta las rodillas… y la duda es pasar con o sin zapatos… esos zapatos bonitos y casuales que se mojaron desde las primeras gotas… con zapatos es la decisión final, es mejor seguirlos mojando que sufrir un accidente mientras se tiene contacto con objetos insalubres y agua turbia…

El agua es fría… tiene al menos veinte centímetros de profundidad… la corriente es fuerte, seguro que si resbala será arrastrada diez metros antes de poder levantarse. Justo antes de llegar a la acera, la fuerza del agua logra zafar un zapato. La sorpresa, asombro y desesperación se ven reflejados en el rostro de quien cruza. Salva el otro zapato e intenta ir tras el náufrago… pero lo ve alejarse como si fuera un ave que escapa de la jaula y es feliz.

Los coches vienen y hay que llegar ya a la acera… sube a la banqueta descalza… con el zapato en una mano y el paraguas y la bolsa en otra. El cabello ahora es un caos, el pantalón duró muy poco detenido en las pantorrillas… el viento y la lluvia siguen atacando con fuerza…

Después de la odisea llega a su destino… descalza, con una excusa más que creíble y un aspecto de indigente digno de concurso… pero a tiempo… quien diría que la responsabilidad puede llevar a la pérdida de la elegancia y un zapato… quien diría…

TITULAR DE RCG NOTICIAS:
Una jovencita muere al ser arrastrada por la corriente de la lluvia del viernes.

...(al menos yo sólo perdí un zapato)...