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21 de febrero de 2008

Antes

Esta mañana se parece a las de mi casa. Cielo azul, poco ruido. A pesar de mirar por la ventana, puedo sentir la brisa que pega en mis brazos descubiertos y esa sensación agradable de frío. La luz del sol llega perpendicular a las casas vecinas, un pino se tambalea con el viento a lo lejos.
Mi lugar favorito es un poco así, con mañanas frescas acompañadas de café con leche, el olor a tortillas de harina recién hechas y mi madre cantando algo de los 50’s. Extraño esos días en los que ayudaba a cocinar la sopa de arroz, regar las plantas o lavar el baño.
Añoro llegar de la escuela y oler la casa a lavanda, escuchar las noticias por la radio en la recámara de papá y esos enlaces que nadie entendía; recibir de premio un yogurt de fresa luego de portarme bien o escuchar las razones que tenían o le faltaban a los líderes sindicales en una huelga.
Extraño esos días en los que mi papá cantaba una canción antes de dormir, o sus frases graciosas cuando se comparaba en galanura con el ex presidente Fox. Era delicioso tomar un café por la tarde en compañía de mis sobrinos y mi hermano, contando anécdotas extrañas que a todos nos daban risa.
Hoy es un día como esos, pero no hay risas ni están mis padres aquí. La calle está llena de desconocidos y el desayuno fue una manzana con yogurt y cereal. El piso no huele a lavanda y nadie canta a lo lejos una canción de Roberto Carlos; quizá haya café por la tarde, pero a cambio de las risas y las anécdotas diarias, buscaré en Internet información de gente importante quien no le importa si hoy fui más feliz que ayer.
Es increíble cómo cambia la vida, y lo difícil de regresar a lo que fue en otro tiempo. Ya Fox dejó la Presidencia, y los enlaces radiofónicos del noticiero a media tarde tienen más calidad; mi padre canta sólo en ocasiones, tal vez lo mejor de todo es que ahora sonríe más.
Mi vida se ha vuelto gris si la comparo con todos los matices de ayer, sin embargo tengo una esperanza: tener una familia y hacerles ver lo maravilloso que es pasarla juntos. Seguramente limpiaré el piso y olerá a lavanda, tomaremos café en los días lluviosos y comentaremos lo que sucede con los líderes sindicales; bromearemos con lo que pasó en el día y los niños se robarán la mermelada a cucharadas. Cambiarán los papeles en un instante, sólo espero no olvidar lo que viví para ese entonces.

3 dicen...:

La Chocorrola dijo...

¡Dalia María!

'Ora sí, me dejaste sin palabras...

Estoy segura que cuando tengas una familia tuya de ti, volveran todos esos recuerdos con más intensidad y tus hijos recordaran como tú lo haces...

Te mando un abrazotee!

*aleida!*

Anónimo dijo...

Dalia:

Todo lo que escribes y sientes es, como se dice comunmente "parte del Show de la vida", pero tenemos que aprender a ser felices con lo que tenemos, no nos queda otra.

Cada uno de nosotros elegimos nuestro presente con la esperanza de tener un mejor futuro, de cumplir nuestros sueños y un proyecto de vida.

Pero estoy segura que en tu caso todos esos sacrificios se compensarán en un futuro y te sentiras tan plena y feliz como antes.

Te kiero!!! Kuidate mucho... y ya sabes ke aki toy para lo ke sea...

*Diana

La Chocorrola dijo...

Se te extrañó el viernes, pero bueno, se comprenden tus motivos, pero nos la debes, ehhhhhh!

Un abrazote!

*aleida!*