
Alguien dijo que la felicidad no es un lugar al que se llega, sino un estado que se vive en el momento menos esperado, y así como aparece se va… y aunque parezca extraño, no es necesario estar despierto para notarlo –hay muchos sueños felices –, sólo se debe vivir plenamente y disfrutar en pequeños sorbos el día a día…
Qué más da si llueve, es indescifrable la sensación de la lluvia en la cara… qué más da que haga sol, las mujeres más bellas son las que tienen color en las mejillas… y qué decir del viento, es el único que tiene licencia para despeinar y además ser divertido (pregúntale al niño de la cometa)…
Hay mil razones para sonreír, y no están en el horizonte. Están en el niño que embarra el helado en su cara, en la anciana que guarda sus experiencias en arrugas, en la jovencita que marca sus ojos con lápiz negro y muestra orgullosa los aros metálicos en su rostro…
No hay que mirar a lo lejos y esperar que la felicidad llegue; está a tu lado y espera ansiosa que la descubras…
¡¡Sólo tienes que vivir plenamente y disfrutar en pequeños sorbos el día a día…!!