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28 de agosto de 2008

nuestra red...


Siempre he creído que la vida es como una red, donde cada quien la teje como se le ocurre o como puede. Atamos nudos constantemente, y ese nudo actual nos llevará al siguiente, y así sucesivamente hasta terminar de atar nuestros cordeles.

Algún nudo quedará flojo y nos hará regresar para apretarlo; quizá lo dejemos de lado y nos daremos cuenta del error cuando veamos que nuestro nudo actual sufre las consecuencias...

Otros más los apretamos con fuerza, con ganas de que se queden para siempre. Y sí, quizá permanezcan mucho tiempo, pero se desgastarán como todos.

Nuestra red es del color que elijamos, puede estar grande y extensa o sólo estar compuesta de pocas experiencias... algunos terminarán con más nudos flojos, mientras otros se darán cuenta que la dejaron inconclusa por detenerse a tensar demasiado los nudos con tal de no perderlos... pero es nuestra red, y poco importa que cumpla las expectativas de los otros... no importa si tus nudos son flojos y deshacen parte de tu historia, tampoco interesa si se hizo con cuidado y se logró un trabajo estético. Lo realmente significativo es el fin que se persigue al tejerla; si la felicidad es lo que mueve nuestro cuerpo nada de lo anterior es significativo... un nudo flojo o tenso vale lo mismo si se persigue la felicidad...

25 de agosto de 2008

nosotras somos así...


Quien dice que las mujeres somos complicadas, tiene razón. Cuando decimos algo, pensamos otra cosa diferente; y si el otro menciona una frase, forzosamente queremos encontrarle un sentido ajeno a esas palabras literales...
Crecimos creyéndonos menos, brincando esa barrera que decía "no estudies, eres mujer", contradiciendo a otros que creían que una guapa no podía ser lista, pero todo eso es un simple espejismo.
La igualdad que exigíamos no llegará nunca, y jamás estaremos satisfechas laboralmente hablando (o hay un tipo que molesta a un lado, o una víbora que nos quiere agarrar en un tropiezo)...
Yo por eso no quiero igualdad, ni éxitos que me lleven hasta el cielo, ni hijos perfectos para presumir con los vecinos, ni un trabajo que me consuma horas y horas de mi vida a cambio de una cuenta en el banco que jamás disfrutaré... quizá, como las chicas de arriba, valgan más mis "peros", tal vez son los que me arrastren a la felicidad...


Buon inizio di settimana!!!!!!!!!!!!!!!!

ps. No lo había notado, las chicas de Maitena ya evolucionaron: el meñique desapareció de sus manos!! bien, yo siempre he dicho que no sirve jajaja....



22 de agosto de 2008

esta mañana...


El sol no ha salido. Las gotas de lluvia caen esporádicas, sin ganas de aproximarse al asfalto. El día apenas comienza. Parece invierno. Los recuerdos llegan sin avisar… el olor a las naranjas de diciembre… la bufanda que da calor al cuello antes desnudo… las sonrisas gratis… el color rojo que se asoma por todos lados… el humo que sale de la chimenea de casa… los niños que corren…

Pero es agosto, y el sol no ha salido. Los brazos pueden estar desnudos sin temor al entumecimiento. Las gotas que caen sorprenden a muy pocos. Un oficial de tránsito vigila la calle, los niños la cruzan apresurados por madres histéricas que lucen descuidadas. El ruido del batido de huevo se escucha por la ventana del local de la esquina, los chiles rellenos se agotarán antes del medio día seguramente.

El sol no saldrá. Las gotas de lluvia caen con insistencia, la calle estrecha apenas da lugar a que los coches pasen…

Es agosto, pero parecería diciembre… y es viernes, aunque el clima se antoje para un domingo de chocolate en cama y abrazos fuertes…



Feliz fin de semana!!!!

19 de agosto de 2008

nuestros mexicanos...



Hace unos días estábamos cambiando de canal en canal para encontrar algo interesante (zapeando como se dice ahora). Mi sobrino se había comido enteras las jornadas olímpicas y en realidad no había otra cosa qué ver, eso de tener televisión abierta generalmente aburre. De pronto aparece la competencia de los 10 mil metros a cuadro, ya comenzada y con narraciones que aludían a una espectacular competencia. "Hey, ¿qué no corre ahí el Keniano?", preguntó mi hermana. Tal comentario hizo que el control remoto se quedara en el sillón y fijáramos los ojos en el televisor. El Keniano es un fondista monclovense (o monclohollywoodense como diría alguien de por ahí jaja) que suele ir a competencias de tal nivel, con resultados iguales a los del resto de los connacionales, es decir, nulos. Bien, no localizamos al Keniano entre los corredores en la pista, pero de repente salió a cuadro... abandonó la competencia antes de los 5 kilómetros y lo estaban entrevistando. Como aún teníamos a dos mexicanos participando, decidimos terminar de ver la carrera. Sobra decirlo. Si no fueron los últimos en llegar, les faltó poquito para serlo. Los entrevistaron también, y lo que parecía ser un "hicimos lo que pudimos... rompimos el récord mexicano... fué más de lo que esperábamos", resultó ser un "lo que nos hace tener estos resultados son detalles que marcan la diferencia... detalles como asistencia médica, por ejemplo, sólo por decir alguno de los más importantes". Resultó que uno de ellos comentó a grandes razgos que tenía que viajar desde Zacatecas hasta México D. F. sólo por trámites burocráticos. Y sí, los gastos salen de su bolsillo. Todo salió en una entrevista de 5 minutos hecha al vapor. Estaban molestos, sí. Estaban a la defensiva, también. Pero no es novedad que los apoyos a los atletas estén por los suelos. Si no me equivoco, Phelps lleva un grupo de médicos para él solo, son esos detalles los que se traducen en medallas olímpicas.


Cada Olimpiada los atletas mexicanos rompen récords mexicanos o sus propias marcas, pero están muy lejos de los campeones del mundo. Cierto, hay muchos medallistas olímpicos y otros más campeones del mundo, pero son muy pocos comparados a la mayoría. Y no es que sean poco hábiles o que sus ganas sean menores a las del resto del mundo, es el resultado del poco interés que pone el gobierno en el ámbito deportivo en todos los niveles (en tu ciudad, en tu parque, en tu calle)... ¿cuántos de nosotros tenemos un lugar digno y seguro para ejercitarnos? quienes lo tenemos somos muy afortunados... indudablemente...






Y para demostrar que el gobierno hace la diferencia, les dejo una nota de hoy que me sorprendió, cortesía de la agencia EFE...








PEKÍN, China - El luchador estadounidense Henry Cejudo, nacido en Los Ángeles pero de padres mexicanos, emigrantes sin papeles, que logró este martes el de oro en la categoría de -55 kilos en Pekín 2008, señaló que la mitad de su medalla es mexicana.
Cejudo manifestó su orgullo por sus raíces mexicanas. (Jed Jacobsohn / Getty Images)
"La mitad de la medalla que he conseguido es mexicana, como mi corazón. Es igual para México. Y estoy orgulloso de que mis padres sean de México", dijo este joven luchador nacido en 1987 y que reside en Colorado.
Sus padres, naturales de Tenayo, en México, dejaron su país natal para ingresar como indocumentados en Estados Unidos, donde nacieron Henry y su hermano Ángel, que le acompañó en la rueda de prensa tras la victoria.
No hace mucho Henry regresó a México para visitar a su familia, con motivo del fallecimiento de su padre, de quien dijo que "espero que me haya visto desde el cielo y que se haya sentido orgulloso. He sentido su fuerza", apuntó.
Aunque el luchador reconoció que su historia representa el sueño americano dijo que su vivencia "era una historia también típicamente mexicana. Somos los que vamos hacia adelante. No importa lo que te ha pasado antes. Si eres mexicano y tienes fuerzas, eres capaz de hacer lo que sea".
Cejudo, de 21 años y conocido como el "chaparro" abandonó la posibilidad de estudiar una carrera universitaria para dedicarse a la lucha. Se ha convertido en uno de los mejores del país.
"Esto es lo que quería hacer. Me puse un objetivo y entrené duro. Creí en mí mismo y lo logré", dijo Henry, acompañado por su hermano Ángel, al que le agradeció por ser lo que es.
Sin embargo, Henry dejó claro que es "americano y a Estados Unidos representé. Pero estoy orgulloso de mis orígenes mexicanos", apuntó tras comentar que habló en primer lugar con su madre, que "todavía sigue llorando de emoción".
"Siento que vivo el sueño americano. Es cierto que mi historia la representa. Estados Unidos me ha dado la oportunidad y estoy feliz de representarla", añadió el luchador.
Por su parte, su hermano Ángel reconoció que lo vivido por su hermano forma también parte de lo que les sucede a muchos jóvenes de México.
"En México con más frecuencia. Hay historias de todo tipo pero la conclusión es que hay que intentarlo siempre. Cuando te pasa una desgracia puedes emborracharte o luchar por la vida. Esto último es lo que mi hermano ha hecho", añadió Ángel Cejudo.
Henry agradeció a su hermano lo que es. "Conmigo o sin mi iba a ser lo que ha sido. Siempre ha trabajado duro, no he sido yo el artífice".
"En su carácter se ve sangre mexicana, desde pequeños nos sentimos bastante mexicanos", concluyó Ángel Cejudo.

15 de agosto de 2008

ahhh la edad...

Mi hermana siempre se ríe de mí porque digo que mi mamá es la más bonita, que tiene un aire de Margarita Gralia y su estómago no es tan prominente como marca la cinta métrica.

El martes la acompañamos a los XI Juegos Culturales y Deportivos de Adultos Mayores de Coahuila, y ahí estábamos, observando cabecitas blancas y el ánimo a mil.

Los ancianos me parecen extraños, su corazón es joven pero su mirada envejece, todo pasa por un filtro de experiencia, de sagacidad, de temor a nada. Cuando los veo no puedo evitar pensar en lo que viene para mí: si tendré el pelo blanco como la señora de rojo, o mis pies podrán lucir a los 70 esas zapatillas que hacen ver hermosa a la viejita que acaba de cruzarse; si tendré un esposo que me ayude a bajar los escalones o será suficiente mi historia para tener un par de nietos escuchándome con gusto en el sofá…

Sé que cada cabecita blanca (o teñida) tiene una historia, y dentro de ella están inscritos muchos nombres, muchos relatos que se repetirán generaciones tras generaciones. Y aquí están, alrededor mío, sabiendo que los observo, mostrándose tal cual son a sus iguales… la vida es un parpadeo, y en lo que menos pienso estaré como ellos: siendo observada por una mirada joven que se preguntará si su futuro le pintará como el mío…

Quizá por eso mi mamá me encanta, porque físicamente somos iguales y psicológicamente es el mejor ejemplo a seguir… pero bueno, creo que eso aplica a la mayoría de las mamás…

Feliz fin de semana!!!

11 de agosto de 2008

huele a amor...

Nada esperaba… absolutamente nada…

No tenía con quién ir a ver esa película extraña, es más, de no ser por él hubiera dejado pasar la oportunidad de ir al cine aquella noche. Y ahí estábamos, recordando tonterías e intentando regresar el tiempo. Habían pasado seis años desde la última vez que nos vimos, y aún así el estar juntos me parecía familiar; por otro lado, ver a muchos amigos en común me hizo recordar lo bien que me sentía en otros tiempos, cuando no había preocupaciones “de adultos” y el futuro parecía distante.

Pero ese no era mi presente. En el “hoy” no había lugar para otra cosa que no fuera el trabajo y la vida paralela que estaba tratando de comprar; cada vez que creía que las cosas podían cambiar, el sueño se derrumbaba para mostrarme esa realidad de la que siempre trataba de alejarme. Orgullo decían algunos, comodidad le llamaban otros, yo sólo me negaba al riesgo por temor a fallar de nuevo, y le sonreía a la soledad que siempre estaba ahí al llegar a casa.

Y apareciste, así nada más… sin pretender nada y mostrándote tal cual eras. Te convertiste en la ventana hacia una realidad distinta, una realidad muy diferente a este mundo de poses donde estaba sumergida, en el que todos se dicen perfectos y exigen halagos sin merecerlos siquiera. Me diste el respiro que necesitaba, ese aliento que había olvidado que existía. Y sí, lo sé, nadie lo imaginó, pero eso es lo que menos importa, sólo somos piezas que se encontraron y empataron…

La sonrisa que ves en mis labios es cierta… y las palabras que salen de mi boca lo son también. Y siéntete culpable, porque eres el responsable. Gracias por aparecerte, soy muy afortunada al empatar contigo… quédate un largo rato, por favor…



Ps. Sobra que lo diga, pero aquel anuncio clasificado de Chica busca… ha quedado cerrado, y no tuve que poner ningún punto a consideración ¡eso es suerte!

7 de agosto de 2008

sorpresas...


La vida sorprende, atrapa, envuelve… de pronto te la topas a la vuelta de la esquina y te hace respirar un nuevo aroma, tal como sucede cuando destapas un tarro de café o al abrir la ventana luego de la lluvia. Y lo que jamás pensaste, sucede; lo que te negabas a creer se hace tangible; el lado oscuro de la luna está visible…

Alguien dijo un día que quien se sorprende no es quien llega a la sorpresa; es la sorpresa misma la sorprendida, al ser encontrada, al ser descubierta… hoy la vida fue sorprendida por mí, a la vuelta de la esquina, al ver esas flores que sobreviven en la mesa… ojalá se siga dejando sorprender…

4 de agosto de 2008

desobedeciendo reglas...

Estoy de nuevo, con un par de historias recientes y noches breves para el sueño… con un montón de risas en la memoria y más de dos cicatrices en la piel como huellas de experiencias divertidas. La vida es eso: disfrutar los buenos ratos, después vendrán otros mejores… pero como no todo es optimismo, aquí va una pequeña parte de lo que pasó conmigo en mi ausencia de estos rumbos.

Eran las 6 de la mañana, el autobús salía a las 7:10. Mi salida nocturna del viernes se había prolongado hasta las 4 del sábado, así que sólo había dormido un par de horas. Un duchazo rápido, una maleta hecha a toda prisa, y la gran incógnita: llevar o no a la mascota. “Cómprale una jaula y la anestesia”, me habían dicho unos días antes, pero debido a mi desidia característica estaba ahí a las 6 y media sin saber qué hacer y sin oportunidad para ir a comprar lo necesario para cargar con ella. No me dejarían subir al autobús si la llevaba conmigo, y era una salvajada dejarla en casa y que sobreviviera con dos puñados de alimento (porque también eso había olvidado). Bien, decidí llevarla en uno de mis bolsos y arriesgarme, no sin antes decirle que fuera a hacer pipí o lo que necesitara (lógicamente no me entendió).

Cargué con todo y me subí al taxi, ya casi al llegar el taxista me advirtió que no me sería posible viajar con la gata despierta a lo que yo le contesté con un “si no puedo, ni modo”, algo que sonó a “¿y a usted quién le preguntó?” jaja...bueno, no sonó tan grosero. La Tizzy se comportó de lo mejor, no sacaba su cabeza ni hacía ruidos extraños. Como siempre he sido muy afortunada (sarcasmo), resultó que la corrida de las 7:10 estaba con una hora de retraso. Compré mi boleto para las 8:00 (50 minutos más!!!) y me salí a los andenes, no quería estar expuesta. Me sentía inquieta, no está permitido subir animales despiertos y sueltos junto con los pasajeros, así que estaba a punto de ser una delincuente. Justo cuando pensaba estas cosas y me ponía nerviosa con cada movimiento de mi bolsa, se acerca un joven maletero, “¿se le pasó el camión, señorita?”, a lo que respondí que no, simulando tranquilidad. “¿Qué no va usted para Monterrey?”… “No, no voy a Monterrey”… “¿A dónde viaja?”… (a punto de decirle que se fuera) “A Monclova, y no, aún no llega, estoy muy atenta con eso”… “Ah, pensé que iba a Monterrey” (lo dice con una sonrisa de ‘cómo caigo bien’ y yo contesto con otra de ‘si quisiera platicar te seguiría la corriente’). El tipo se cansó de mi cara de desvelo/intranquilidad/pocos amigos y terminó por marcharse.

Bien, el autobús llegó y me subí con la maleta y la bolsa con la gata. Tan pronto como estuve en mi lugar (estratégicamente de lado de la ventanilla) puse la maleta sobre mis piernas (no estaba tan grande) y acomodé a Tizzy en un pequeño espacio, de manera que estuviera cubierta. La primera hora fue de nervios: quería trepar a mi hombro, bajarse a correr, en fin, se movía hacia todos lados… pero jamás maulló. Las dos horas restantes se la pasó dormida, eso fue fantástico.

En Monclova la Tizzy se la pasó de la fregada, llegó como toda una mujercita, blanca, enorme y divina, y terminó aporreada por los gatos de mi hermano, llena de lodo, con una herida bajo un ojo y terriblemente sedienta… parecía otra. Sólo estaríamos ese día allí, así que por la tarde, ya junto con mi hermana, tomamos de nuevo al autobús para recorrer las dos horas restantes camino a casa, utilizando la misma estrategia del bolso. Ese trayecto fue mucho mejor, los nervios de la gata estaban relajados y le sentó bien el clima de la unidad (jaja esa palabra es chistosa, en realidad cualquier cosa única es una unidad ¿no?), pero esta vez todo el mundo se enteró de su presencia (menos el conductor y sus secuaces, claro), y me veían con cara de “¿qué le pasa a ésta con su gato?” y es que la Tizzy no tenía buen semblante.

En fin, llegamos a casa y todos se sorprendieron de recibir a dos ‘seños’, en lugar de una, y como era lógico, la Tizzy les ganó el corazón a pesar de su aspecto de indigente (ya estaba más limpia, pero aún lucía un tono beige jaja). La gatita esperó hasta llegar a casa de mis papás para hacer sus necesidades, eso me pareció un buen detalle :)

Después de varios días, en una charla cualquiera, mi papá me pidió que le regalara a Tizzy, que tenía ganas de un gato que supiera estar dentro de casa (porque dio la casualidad que la gatilla se portaba como nunca la muy jija) y ante sus deseos no tuve más que ceder.

Ayer regresé a Saltillo con la maleta llena y el bolso vacío, limpié sus cosas y las envié con mamá. Mi papá la bautizó de nuevo así que cuando pregunte por ella tendré que llamarle Bolita (jajaja se pasó con el nombre, ni batalló), y ya no es la nieta de papá, es su hija.

No lo negaré, la extraño. Ya nadie me recibe en casa, ni tampoco está ese algo que llegaba a sacarme de mis tareas diarias. Pero bueno, la vida se compone de encuentros y despedidas, y esta vez nos tocó a nosotras… además ustedes ganan, ya no habrá post de gatos jaja…

Feliz inicio de semana!!